5 formas para combatir la crisis climática revisando tu basura

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Descarbonizar la economía es quizás el primer aspecto que se debería debatir a la hora de entender y buscar soluciones contra el cambio climático. Quizás como individuos este es un problema que parece lejano y sobre el que tenemos poca injerencia, que hasta nos resulta ajeno y frustrante. La buena noticia es que como ciudadanos tenemos opciones para reducir nuestra huella de carbono.

En este posteo compartimos 5 formas eficaces y al alcance de la mano para mitigar los efectos del calentamiento global cambiando nuestros hábitos de consumo y revisando nuestro bote de basura:

1) Rechazando y reduciendo el uso de plásticos

La crisis del plástico es una gran amenaza a la salud de nuestros ecosistemas. Pero la relación entre plásticos y el cambio climático no parece tan lineal de entrada. Aunque sólo el 4% de los combustibles fósiles se utilizan para hacer plástico se estima que de seguir la tendencia actual, este porcentaje aumentaría al 20% para 2050. Este aumento también se verá reflejado en el porcentaje de emisiones que produce la fabricación de plásticos, para 2050, la industria del plástico representará el 15% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.

Rechazar y usar cada vez menos plásticos, es una forma de promover la sostenibilidad o un estilo de vida más verde, especialmente si hablamos del packaging y los envases de un sólo uso, que representan alrededor del 40% de los productos plásticos que se fabrican.

Reciclar los plásticos que no podamos evitar también contribuye, porque reciclando dos toneladas de plástico usado, ahorramos una tonelada de petróleo virgen y se requiere sólo una fracción de la energía para transformarlo.

2) Reutilizando antes de reciclar

Aunque reciclar lo inevitable es una opción necesaria, no deja de ser un proceso muy ineficiente que requiere la utilización de energía y agua y tiene su propia huella ambiental.

Es fundamental que empecemos a valorizar los objetos que llegan a nosotros, como los frascos de vidrio que tienen múltiples usos.

3) Reduciendo desperdicios de comida

El desperdicio de alimentos es un problema a nivel global y se calcula que se pierde un tercio de los alimentos producidos. En América Latina, la mayor pérdida de alimentos se da en los eslabones de producción y consumo. Es decir que nosotros como consumidores tenemos la responsabilidad de cambiar hábitos para aprovechar más y mejor los alimentos.

Aquellos alimentos que se echan a perder contribuyen al cambio climático. En primer lugar, ya que su producción, procesamiento y traslado requirió de valiosos recursos como el uso de la tierra, el trabajo humano, el agua y la energía. Todo esto tiene una gran huella de carbono ¡y todo para producir alimentos que nunca llegan a utilizarse! Asimismo, los restos de los alimentos que se envían como relleno sanitario al enterrarse sin oxígeno fermentan generando metano, un potente gas del efecto invernadero, 26 veces peor que el dióxido de carbono.

Según datos de la FAO, se estima que los desperdicios de alimentos y su tratamiento como residuos representan casi el 8% de las emisiones globales. Si contabilizáramos esta cantidad de emisiones como un país, sería el tercer país detrás de Estados Unidos y China.

4) Compostando restos vegetales

Otra acción que podemos tomar para mitigar parte de estas emisiones de las que somos responsables es compostar los restos orgánicos de nuestras frutas y vegetales. Puede ser en casa con una compostera hogareña, o participando de programas de compostaje comunitarios. En un compost, a diferencia del relleno sanitario, los restos orgánicos sí pueden biodegradarse y así sus nutrientes vuelven a ser tierra fértil. De esta forma, no sólo podemos ahorrar una buena parte de las emisiones de metano del relleno sanitario, sino que además obtenemos un excelente sustrato para aplicar en la próxima medida de mitigación.

5) Plantando semillas

Muchas de las frutas que comemos todos los días tienen semillas que están en estado latente esperando a germinar. Podemos utilizar el carozo de una palta o las semillas de un limón. Aunque no tengamos jardín para verlo crecer, podemos apadrinar su crecimiento los primeros meses y buscar algún espacio o alguna organización dedicada a la propagación de árboles y plantas.

¿Con estos 5 pasos resolvemos el problema del cambio climático? ¡Claro que no! Ningún cambio individual aislado lo hará, pero si actuamos en conjunto y cambiamos nuestros hábitos estaremos contribuyendo al cambio de paradigma necesario para vivir en una sociedad más sostenible.

Por por Dafna Nudelman – BID

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