El zar del café, Jorge Cárdenas Gutiérrez, acabó de cumplir 90 años en medio de su lucidez y con el suficiente criterio de un patriarca que siempre ha querido lo mejor para Colombia. Hoy, cuando el país afronta una de las peores crisis de la historia, el expresidente de la Federación Nacional de Cafeteros muestra toda su sabiduría para recalcar su optimismo en las nuevas generaciones para sacar adelante a los colombianos.
Por eso dijo a El Nuevo Siglo, que nuevos dirigentes están muy bien capacitados para enfrentar la actual crisis, que a él nunca le había tocado vivir.
¿En sus años de vida había vivido alguna crisis como esta?
JORGE CÁRDENAS GUTIÉRREZ: Jamás, ni me la alcancé a imaginar, para todas nuestras generaciones ya sean los más mayores, esto es una gran sorpresa total, es un cosa dramática a una escala tan grande. Yo creo que hace 100 años la gente lo vio con las pandemias anteriores pero ahora nosotros no habíamos visto, yo había visto crisis pero muy parcial, muy local, que la tasa de cambio, que las devaluaciones, que el problema de la seguridad, pero un caso así tan dramático, tan global que paraliza casi al mundo entero eso sí, no. Jamás nos tocó a nosotros en el pasado una crisis como esta.
¿En su trasegar en la vida pública y económica del país, ¿cómo ve hoy la situación económica en medio de una pandemia?
JCG: Esta pandemia cambió mucho el cuadro económico de Colombia, o sea no podemos desconocer que esto fue un evento sumamente trascendental e importante en la vida del país por todo concepto y que en el frente económico va a ser un impacto muy muy grande; el país venía bien, el país iba creciendo bien, tenía fuerzas suficientes para seguir creciendo e ir consolidando una buena economía, todos los pronósticos hacia adelante eran enormemente positivos y favorables.
Recuperación
Pero, ¿este es un revés que nadie esperaba?
JCG: Esto nos da un revés en todo ese proceso y realmente, el esfuerzo que hay que hacer de aquí para adelante es enorme. El país tiene que salir hacia una recuperación fuerte que le va a costar dinero, que le va a costar demandar mucho esfuerzo, pero es la única alternativa para poder poner las cosas nuevamente en un relativo orden y obviamente, el tema del empleo es muy definitivo, es un objetivo bien importante, habrá que hacer una gran selección de los objetivos de inversión en los próximos meses y años para acelerar todo este gran proceso de recuperación.
¿Cuánto puede durar en recuperarse la economía del país?
JCG: Es bien difícil, ahí sí como se dice es una bola de cristal que no sabemos cómo manejar, pero toma tiempo, mucho tiempo; el revés va a ser muy grande, no hay sector que yo pueda decir que salió ileso de estas circunstancias, todos tienen un problema detrás y habrá unos que saldrán más ligeros que otros, pero el tema es largo y estoy seguro que esto va a tomar el resto de este Gobierno y buena parte del Presiente que llegue en el 2022.
¿Cree que están surgiendo nuevos líderes para guiar la economía del país?
JCG: El país hoy tiene un equipo económico formidable. En nuestra época, los economistas no tenían las mismas bases ni las mismas fortalezas que hoy tienen los nuevos economistas que manejan mucha más información, muchas más cifras, tienen muchas más posibilidades de contacto hacia el mundo exterior, en fin, todo esto del desarrollo tecnológico, de la digitalización de la que tanto hablamos, todo eso le da muchísima más fortaleza a las nuevas generaciones para ayudarnos a diseñar e implementar un programa de recuperación.
Bien el café
¿Cree que el sector cafetero está en crisis o se mantiene igual que hace años?
JCG: No. Fue una fortuna, un milagro de Dios que el sector cafetero en este momento no esté en problemas, más bien está en una buena situación yo diría; no son unos precios extraordinariamente altos pero son unos precios acomodados a la realidad de unas cosechas ya grandes en el mundo, pero tenemos en Colombia el apoyo del tamaño de las cosechas que ha mejorado la productividad por hectárea, que ha mejorado la calidad del producto, también desde el punto de vista global de producción y lo otro, que es supremamente importante, la tasa de cambio. O sea, hoy el café está relativamente tranquilo, está haciendo sus tareas y está proyectando una caficultura muy sólida.
¿Cree que hoy se debe pensar más en el desarrollo de las regiones?
JCG: Sí. Yo creo que hay que escoger regiones, hay que escoger puntos donde la economía rápidamente pueda no solamente ayudar a la región, sino al país. Yo soy un enamorado, por ejemplo, de la Orinoquía, ahí tenemos las tierras, las facilidades, la red de vías han mejorado sustancialmente, pero no hemos podido cómo aterrizar los problemas básicos de seguridad en las tierras, de seguridad en los títulos y sin arreglar todos esos problemas. Hay que normalizar esa situación, salir y romper ciertas barreras.
¿Hay que acelerar ese desarrollo en el campo?
JCG: Creo que hay dos tipos de desarrollo en la parte agrícola: la familiar, pero también la empresarial; hay que abrirle espacio para el desarrollo agrícola empresarial, el Llano ya ha mostrado en 6, 7 u 8 proyectos la fortaleza para una cosas de esas. Por ejemplo, yo soy de la línea que hay que salvar un proyecto como el del alcohol carburante en los Llanos, esos son 20 mil o 25 mil hectáreas, 500 o 600 trabajadores, equipos, maquinarias, todo eso es un desarrollo fenomenal.
A su manera de ver la situación del país, ¿qué recomendaría para poder salir rápido de la crisis?
JCG: Yo creo que como se viene haciendo todo, es un esfuerzo financiero y económico, pero aquí lo que sí se requiere para que el desarrollo sea rápido es integrar mucho la relación empresa, comunidad, región, Gobierno central para ver cómo se puede. Los empresarios tienen en juego, los líderes regionales tienen un gran juego y el Estado tiene un gran juego como tal, entonces hay que juntar, definir y comprometer sectores en ese desarrollo, comprometerlos con ayudas, con facilidades, habrá que estudiar cuáles son las condiciones de crédito, las condiciones tributarias, etc. Pero hay que irle dando al que pueda arrancar a hacer un negocio en grande, darle facilidades para que lo realice.