CAUSA CASI SIETE MILLONES DE MUERTES CADA AÑO EN EL MUNDO
- Una de cada cuatro personas sufrirá un Ataque Cerebro Vascular hemorrágico o isquémico a lo largo de su vida.
- R.A.P.I.D.O. la estrategia más efectiva para evitar consecuencias fatales y secuelas graves de los ACV.
- El COVID-19, otro gran factor de riesgo para los pacientes de Ataques Cerebro Vasculares.
- Por cada minuto sin tratamiento después de un accidente cerebrovascular el cerebro pierde 1.9 millones de neuronas.
- En Colombia el 38% de los pacientes no reconoce los síntomas de un ACV y en solo el 40% de los casos se acude a una línea de emergencia.
- El 29 de octubre se conmemora el Día Mundial del Ataque Cerebro Vascular.
- Por la calidad de los tratamientos, de centros hospitalarios y el personal médico especializado, Medellín se proyecta como una ciudad Neuroprotegida.
- Un ataque de ACV mata 2 millones de neuronas por minuto
Este 29 de octubre se conmemora el Día Mundial del Stroke o Accidente Cerebro Vascular – ACV, una enfermedad que causa afecta los vasos sanguíneos que suministran sangre al cerebro y causa 6.7 millones de muertes en todo el mundo cada año, con un fallecimiento cada seis segundos en promedio, lo que convierte a los ACV en una de las principales causas de mortalidad y discapacidad en todos los continentes.
Según la Asociación Colombiana de Neurología – ACN, cada año más de 45 mil colombianos sufren un Ataque Cerebro Vascular, mientras que en el ámbito mundial, los ACV ocurren a más de 17 millones de personas, de los cuales sólo 5 millones sobreviven con algún tipo de discapacidad permanente, debido a que se producen cuando se interrumpe el flujo de sangre hacia alguna parte importante del cuerpo, en este caso la falta de oxígeno no la sufre el corazón, sino el cerebro.
El doctor Boris Pabón, neurocirujano y neurointervencionista explica que existen dos tipos de ACV, “el primero es el de tipo hemorrágico, que ocurre cuando una lesión vascular se rompe y el segundo es de tipo isquémico, el cual se presenta cuando un vaso sanguíneo del cerebro se obstruye con un trombo o coágulo”, y agrega que “el segundo es el más común y representa más del 85% de los casos. En ambos casos el tiempo es oro, con un ataque cerebrovascular cada minuto sin irrigación sanguínea se dañan y mueren millones de neuronas, algunas veces irreversiblemente”.
Síntomas
Los síntomas de un ACV aparecen súbitamente y suelen ser confundidos o asociados con malestares generales u otras patologías, lo cual hace que los pacientes no sean remitidos a centros de atención inmediata, lo que aumenta la probabilidad de un desenlace fatal o la presencia de secuelas permanentes, como la pérdida del habla, la movilidad o la memoria, generando discapacidades permanentes en los pacientes. Algunos de los síntomas del ACV son las alteraciones en la cara, adormecimiento o debilidad del brazo o la pierna (especialmente de un lado del cuerpo); dificultad para hablar o entender; alteraciones en la visión; dificultad para caminar, mareos y pérdida del equilibrio o la coordinación.
No hay que esperar a que estos síntomas pasen. Si se presentan se debe acudir a un servicio de emergencias lo más pronto posible. En Colombia el 38% de los pacientes no reconoce los síntomas de un ACV y en solo el 40% de los casos se acude a una línea de emergencia.
Cada minuto cuenta
El lapso para recibir tratamiento es muy limitado y comienza desde el primer síntoma, por eso miles de pacientes mueren o quedan con secuelas o discapacidades permanentes al no ser trasladados a hospitales oportunamente o por llegar a centros de atención donde no tienen tecnología o el personal requerido.
Una estrategia efectiva para identificar los ACV es R.A.P.I.D.O., un sencillo acróstico que al aplicarlo nos dará las pistas necesarias para reconocer el ataque y actuar, basta con preguntar:
R: ¿Ríe?
A: ¿Abraza?
P: ¿Pronuncia?
I: ¿Inconsciente?
D: ¿Descoordinado?
O: Ojo, déficit visual actúa #RAPIDO
Los especialistas recomiendan llamar o acudir inmediatamente a servicios de urgencia, aun en tiempos de pandemia, pues por cada minuto sin tratamiento el cerebro pierde 1.9 millones de neuronas y por cada hora sin atender, el cerebro envejece 3,6 años. Reconocer los signos a tiempo, brindar atención médica urgente en unidades adecuadas de ACV y facilitar el acceso a tecnologías diagnósticas y terapéuticas, mejoran sustancialmente los resultados.
Tratamiento
Actualmente existen terapias y tratamientos innovadores que además de salvar vidas, mejoran significativamente la recuperación de un paciente tras haber sufrido un ataque cerebrovascular.
La trombólisis ha sido el método más empleado en Colombia para tratar los ACV de tipo isquémico. Se trata de un fármaco (Activador Tisular del Plasminógeno o TPA), que administrado en el torrente sanguíneo busca disolver el coágulo que ha estado interrumpiendo la circulación cerebral. El tiempo límite para administrar el fármaco es de 4.5 horas, de ahí la importancia de consultar a tiempo.
Ahora, la extracción del coagulo o trombo por vía endovascular (trombectomía) representa una alternativa terapéutica novedosa cuya utilidad ha sido demostrada en varios estudios internacionales y la cual comienza a aplicarse en nuestro país. El procedimiento utiliza un pequeño dispositivo llamado Stent que, al expandirse en la arteria, atrapa y extrae el coágulo, reestableciendo así la circulación. El equipo de médicos especialistas en ACV de ANGIOTEAM, sostienen que la trombectomía mecánica con Stent en combinación con fármacos trombolíticos, duplica las posibilidades de recuperación y calidad de vida posterior a un ACV y que otra opción es la aspiración del coagulo a través de un catéter y una bomba de succión. Ahora tenemos la oportunidad no solamente de evitar una muerte sino de disminuir drásticamente la alta discapacidad que este padecimiento provoca, así como la carga económica derivada.
De esta forma, los tratamientos, centros especializados y el personal médico más capacitado e idóneo, Medellín se proyecta como una ciudad Neuroprotegida, una iniciativa que es promovida por ANGIOTEAM, un grupo de especialistas en Neurointervencionismo, integrado por médicos subespecialistas y multidisciplinarios, expertos en el manejo de enfermedades cerebrovasculares con técnicas mínimamente invasivas, comprometidos con la contribución a la reducción de índices de morbilidad y mortalidad de las patologías cerebrovasculares, mediante tratamientos endovasculares, protocolos de manejo y los más altos estándares de calidad que le apuestan a la vida.
ACV en cifras
Un accidente cerebrovascular (ACV) ocurre cuando se interrumpe el flujo de sangre hacia el cerebro. El 80 % de los accidentes cerebrovasculares son prevenibles, aunque en los últimos 10 años, el riesgo de accidente cerebrovascular en adultos mayores de 25 años aumentó de uno de cada seis a uno de cada cuatro. En otras palabras, una de cada cuatro personas tendrá un accidente cerebrovascular a lo largo de su vida.
Existen dos clases de ACV. Uno es cuando una lesión vascular (ACV hemorrágico) en el cerebro se rompe (una vena se revienta) y la segunda cuando un coágulo (ACV isquémico) obstruye un vaso sanguíneo, este último representa el 85 % de los casos. Cada minuto sin irrigación sanguínea daña y mata millones de neuronas, por esto es importante detectar a tiempo los síntomas principales como tener un lado de la cara caído o dormido, dificultad para hablar y debilidad en los brazos. Otros síntomas incluyen dolor de cabeza intenso, mareos repentinos, confusión, problemas para ver en uno o ambos ojos y dificultad para caminar.
Los Ataques Cerebro Vasculares (ACV) son un problema de salud grave y creciente en todo el mundo, ya que cada 6 segundos una persona muere como consecuencia de ellos, lo que se traduce en 6,7 millones de muertes al año. Por cada minuto sin tratamiento después de un accidente cerebrovascular el cerebro pierde 1.9 millones de neuronas y por cada hora sin atender a un paciente con ACV, el cerebro envejece 3,6 años.
Esta es una de las 18 enfermedades principales causantes de pérdida de años de vida saludables y de años de vida vividos con discapacidad durante el 2010. Más de 116 millones de años de vida saludable se pierden debido a las muertes y discapacidad relacionadas.
Hasta los 60 años, existe mayor riesgo en hombres que en mujeres, aunque la mortalidad siempre es mayor en mujeres. Después de estas edades los riesgos son equiparables. Uno de cada 20 muertes de adultos se debe a un accidente cerebrovascular, aunque muchas de estas muertes son prevenibles y el 80 % de los accidentes cerebrovasculares son prevenibles.
ACV en el mundo
El Estudio de Carga Global de Enfermedades, Traumatismos y Factores de Riesgo (GBD 2010) clasificó al ACV como la segunda causa de muerte más común y la tercera causa más común de discapacidad ajustada a los años de vida en el ámbito mundial durante el año 2010. Una cuarta parte de las muertes por accidente cerebrovascular isquémico ocurren en personas menores de 70 años y, actualmente, existen más de 80 millones de sobrevivientes de Stroke o ACV. Así mismo, cada año ocurren más de 17 millones de accidentes cerebrovasculares en todo el mundo. De ellos, 5 millones mueren y otros 5 millones quedan permanentemente discapacitados, lo que supone una carga económica y social para la familia y la comunidad.
Accidente cerebrovascular isquémico
El ACV es la principal causa de discapacidad grave a largo plazo en varios países desarrollados como Estados Unidos y, sólo en este país, los gastos generados por hospitalización, rehabilitación y cuidados por discapacidad de las víctimas de accidentes cerebrovasculares ascienden a 74 mil millones de dólares anuales.
En Colombia
Según la Asociación Colombiana de Neurología, ACN, anualmente se presenta un nuevo episodio de Accidente Cerebro Vascular en 45 mil colombianos. Adicionalmente, cuando alguien ha sufrido un ACV o una amenaza de ACV, el riesgo de repetirlo es del 4% al 8% en el primer mes, cerca del 12% en el primer año y del 24% al 49% en los siguientes cinco años.
En el país, el ACV fue la tercera causa de mortalidad, después de la violencia y las enfermedades coronarias, durante 2010; es uno de los principales determinantes de pérdidas de años de vida saludables por discapacidad y por muerte prematura. Sobre la prevalencia, se han encontrado diferencias en reportes según el periodo y el lugar, pero se encontraron estudios locales en varias regiones: en 36 años más de cinco departamentos han reportado más de 1.000 casos.
El comportamiento del ACV en Colombia en cuanto al género y edad, reporta una mayor incidencia en hombres, con estimaciones de 118,7 casos en 100.000 habitantes mientras que en mujeres se registran 61,8 casos en 100.000 habitantes, cifras que se triplican después de los 60 años y, según reportes del DANE, para 2010 las tasas de mortalidad por causa básica muestran que el ACV es la tercera causa de muerte con una mortalidad del 26,9%.
De otro lado, en 2014 se presentaron en total 64.662 casos, de los cuales 33.037 fueron hombres y 31.625 mujeres, se observa un mayor número de casos en hombres que en mujeres, aunque en el grupo de mayores de 80 se presentan más mujeres que hombres con ACV.
Miles de pacientes mueren o quedan discapacitados permanentemente al ser trasladados a hospitales sin el personal o la tecnología especializada para la atención del ACV. La combinación de tratamientos innovadores, como la trombectomía mecánica, con fármacos trombolíticos duplica las posibilidades de recuperación y calidad de vida posterior a un ACV, puesto que han demostrado reducir la parálisis, dificultades en el habla y otras complicaciones relacionada a los accidentes cerebrovasculares.
ACV en Pandemia
La pandemia de COVID-19 ha afectado a los sistemas de salud y a los pacientes de todo el mundo. En muchos países, los sistemas de salud se han visto sobrecargados debido a que los esfuerzos para tratar a los pacientes con COVID-19 han ejercido una enorme presión sobre el personal y los recursos. Sin embargo, a pesar de la pandemia, la incidencia de enfermedades graves y potencialmente mortales como el accidente cerebrovascular isquémico y hemorrágico no disminuirá y aún es necesario brindar atención a estos pacientes. La pandemia está afectando la prestación de atención a los pacientes con un accidente cerebrovascular o un episodio de advertencia de un ACV.
De hecho, el COVID-19 en realidad puede aumentar el riesgo de accidente cerebrovascular isquémico debido al estado de hipercoagulabilidad y los efectos sobre el sistema cardiovascular asociados con una forma grave de infección viral. Han comenzado a aparecer informes anecdóticos de pacientes jóvenes, por lo demás sanos, que presentan un accidente cerebrovascular y una infección subyacente por COVID-19.
Una encuesta recientemente completada de los miembros de la Organización Mundial de Accidentes Cerebrovasculares (OSM), que incluye más de 100 respuestas de países de todo el mundo, reveló que solo un poco más del 10% de los encuestados no había observado una reducción en las admisiones por accidente cerebrovascular. En los otros centros, las admisiones disminuyeron del 10 al 90% en comparación con el mismo período de 2019. La disminución media de ingresos a hospitales por ACV a nivel mundial fue de entre un 50% y un 70% en comparación con el año anterior, pero más complicado aun es que los pacientes con síntomas leves los ignoran y no quieren ir al hospital para ser evaluados por temor a estar expuestos al COVID-19.
Así mismo, en algunos lugares, la atención de urgencia puede estar menos disponible de lo que normalmente está, debido a los sistemas de prestación de atención médica sobrecargados. La atención ambulatoria para pacientes con accidente cerebrovascular también se ha visto afectada por la pandemia, al punto que en la encuesta de la Organización Mundial de Accidentes Cerebrovasculares (OSM), solo una minoría de centros informó haber visto a pacientes ambulatorios en persona. Aproximadamente la mitad de los centros atendían las visitas de telesalud por video o teléfono y el resto de los centros no atendían a pacientes ambulatorios.
Durante la pandemia de Covid-19, el monitoreo remoto ha sido especialmente valioso para brindar la atención necesaria a estos pacientes, limitando su exposición al virus y la del personal de salud, además de cumplir con las diversas recomendaciones que en materia de telemedicina han emitido tanto gobiernos como sociedades científicas en América Latina.
La Organización Mundial de Accidentes Cerebrovasculares (OSM) insta a los líderes gubernamentales y a las agencias de atención médica a recordar continuamente a las personas que no deben ignorarse los síntomas del accidente cerebrovascular, incluso si son leves o transitorios y que las personas con tales síntomas o manifestaciones más graves deben ser evaluadas en un departamento de emergencias o en un centro de Stroke (ACV) de manera urgente.
En conclusión, el paciente con ACV no se debe quedar en casa, ni siquiera en tiempos de post Covid-19, pues las demoras en buscar ayuda de especialistas pueden ocasionar complicaciones o problemas a largo plazo y daños irreversibles. Retrasar las citas por temor puede agravar los problemas médicos que pueden llegar a ser incluso peores que el mismo contagio o futuro rebrote.
Accidente Cerebrovascular, emergencia hospitalaria
En todo el mundo, la presión arterial es el factor de riesgo único más grande para el accidente cerebrovascular, seguido de otros factores como la dieta, IMC alto, fumar, la glucosa alta en ayunas y el consumo de alcohol, entre otros.
Después de este recorrido detallado por los Accidentes Cerebro Vasculares, resaltamos estos mensajes a modo de resumen:
¡Los accidentes cerebrovasculares ocurren sin avisar!, sin importar la hora o el lugar, todos podemos sufrir un Stroke (ACV) por ello en el mes de octubre se conmemora su Día Mundial en el que se reconocen los esfuerzos para actuar a tiempo.
Los accidentes cerebrovasculares (ACV) son siempre una emergencia. Pocas personas reconocen los síntomas de un ACV y menos aún saben que deben acudir a un centro especializado para su adecuada atención.
Existen centros especializados en el país que van a permitir la atención a estos pacientes sin correr el riesgo de contagio por covid-19.
Un mejor conocimiento entre la población sobre los síntomas del accidente cerebrovascular, el ingreso oportuno al hospital de los pacientes y el acceso a medicamentos, tratamientos endovasculares y rehabilitación son clave para disminuir el impacto económico y social del ACV.
Actuar a tiempo cuando se sospecha un accidente cerebrovascular puede marcar la diferencia entre la muerte, la discapacidad permanente, la ocurrencia de otro ACV y la recuperación del paciente.
El 80% de los accidentes cerebrovasculares se pueden prevenir si se tienen en cuenta medidas para reducir el riesgo de ACV:
- Reducir el consumo de alcohol
- Identificar y tratar la fibrilación auricular
- Reducir el colesterol en sangre
- Controlar la diabetes
- Hacer ejercicio cinco veces por semana
- Seguir una dieta equilibrada y sana
- Reducir el estrés y atender la depresión
- Controlar la presión arterial
- Dejar de fumar y evitar ambientes con humo
- Mantener un peso saludable
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