El presidente de la Andi reconoce que se perdió tiempo al no aceptar la propuesta tributaria en marzo y admite que se afectará la competitividad.
Por. Portafolio
Ante la presentación de la tributaria 2.0, el presidente de la Andi, Bruce Mac Master, reconoció que costos importantes se habrían evitado si el Gobierno hubiera aceptado la propuesta del empresariado de llevar la mayor carga en el proyecto, como se plantea ahora.
Y, con eso, admitió que la iniciativa le puede significar al sector privado menor competitividad y, probablemente, capacidad de generar empleos.
¿Cómo le pareció el proyecto de tributaria que propone el Gobierno?
Responde de alguna manera a la propuesta que habíamos hecho desde hace un tiempo y que tenía en cuenta dos elementos. El primero, la necesidad que tiene Colombia de atender su déficit fiscal. Y segundo, la realidad de la situación económica que ha puesto a tantas personas en dificultades, desde el punto de vista de ingresos. Y desde el principio habíamos dicho que se requiere una reforma, de un tamaño acotado, que no toque el IVA ni la canasta familiar.
¿Si empieza a regir el 2022, las empresas podrán asumir esos nuevos compromisos tributarios?
Es que la pregunta que hay que hacerse es distinta: qué alternativa razonable tenemos a nuestra disposición. Siento que no hay otra en este momento del país. Por eso, cuando la propusimos, en marzo de este año, hicimos la evaluación y vimos que no sería razonable recargar a las personas naturales o a la canasta familiar. La pregunta no es si vamos a estar sobrados o no para hacer esto sin esfuerzo, porque esto requiere de esfuerzo y es clarísimo. Estamos pagando la peor crisis económica de nuestra historia y eso no se nos puede olvidar. Claro que afecta la competitividad y, seguramente, la capacidad de producir empleo. Pero esta es la alternativa menos costosa, sin que deje de ser muy costosa.
¿Se perdió tiempo al no haberse aceptado la oferta del empresariado desde el comienzo?
Yo sí creo que se perdió tiempo y siento que hubiéramos podido evitarnos unos costos importantes, pero ya no es momento de llorar sobre la leche derramada. Todos tenemos la responsabilidad de mirar adelante y de ser constructivos.
¿La reforma responde con las necesidades sociales?
Claro, hay que decir que es bueno que la tributaria esté sirviendo para las dos cosas: la sostenibilidad fiscal y también la social. Lo que está haciendo el Gobierno al proponer este paquete social es atender la emergencia con lo mejor que podemos y tenemos a nuestra disposición.
Ahora, esto debe estar acompañado por un programa de reactivación muy robusto, en el que podamos traer inversiones adicionales a nuestro país, donde podamos generar actividad económica nueva. En estos dos días he visto a personas buscándole los defectos a cada medida, y diría que en este momento estamos es para buscarle más bien la solución a cada problema, y tenemos que hacerlo con la conciencia plena de que todo requiere recursos.
¿Le preocupa que propuestas -sobre ICA y Renta- que presentó la Andi se planteen
como permanentes y no temporales?
Va a ser muy importante que el país como un todo haga un compromiso y es que una vez se estabilicen las finanzas públicas logremos recuperar las tasas de renta en términos de competitividad.
Si, por ejemplo, llegamos a tener un mejor desempeño en términos de ingreso petrolero, pues va a ser muy importante restablecerle las condiciones a la actividad empresarial.
Cualquier persona que haga un análisis sobre esta oferta que ha hecho el sector privado debe considerar las otras ofertas que ha habido sobre la mesa. Estamos haciendo el programa de vacunación masivo empresarial más grande del mundo, el primero. Tenemos un sector privado del cual sentirnos orgullosos.
¿Cree que este proyecto ayuda a que se resuelva el tema del grado de inversión?
Creo que debería. Siento que las calificadoras fueron injustamente miopes con Colombia.
Han debido ser consecuentes y reconocer que todo el mundo estaba en condiciones difíciles, que Colombia era el único país que estaba discutiendo seriamente una tributaria, también era el único país que tenía a un sector empresarial que estaba diciendo “nosotros pagamos esa tributaria”.
Me parece completamente injusto que las calificadoras de riesgo no hubieran tenido en cuenta eso porque, además, cuando se le quita el grado de inversión a un Estado se le hace daño a todo el país porque al final toda Colombia tiene que pagarle al mundo muchos más intereses y el acceso a financiación es mucho más complejo.
¿Está bien la cuota que pone el Gobierno en ajuste del gasto público y control a la evasión?
Sí, en una muy buena parte. El Gobierno está haciendo una reorientación del gasto, al decir que va a hacer un recorte en aspectos que en este momento no son importantes para dedicarse a atender las necesidades sociales que en este momento tiene el país. Y eso es valioso, no es fácil de hacer. Es un reordenamiento que tenemos que reconocer.
¿Qué espera del Congreso en el debate?
Espero gran seriedad del Congreso, que esta no sea una reforma que se utilice en forma oportunista. Que sea un debate claro, sano, constructivo y pensando en el país.
¿La reforma tributaria estructural queda entonces para el próximo Gobierno?
Eso está pendiente desde los años 90 y esperamos que todos, como colombianos, tomemos la decisión de sacarla adelante.
Creo que vale la pena construir la idea de que el Estado, al final del día, somos todos y que por esa misma razón tenemos que financiarlo todos.