Editorial – ifmnoticias
Fue sorpresivo el anuncio sobre la posibilidad de que el Gobierno Nacional pueda tramitar permisos para que algunos cabecillas de las estructuras delincuenciales de Medellín salgan de la cárcel de Itagüí a socializar en la calle los avances de la ‘paz urbana’, una noticia que solo ha generado más temor, y de las que IFMNOTICIAS solo ha escuchado reproches.
¿Nos creen pendejos? Parece que sí, nadie con tres dedos de frente y un mínimo de inteligencia va a creer que luego de estar en la cárcel un cabecilla de cualquier combo de Medellín solo va salir a hablar de paz, a revisar cómo va el proceso, y que cuando se vuelva a dar la orden de regresar, simplemente se arregla de nuevo maleta y de nuevo a la cárcel, así de fácil, como cuando se planea un viaje por tiempo indefinido. Eso solo puede suceder en los cuentos de hadas.
No es normal que luego de una lucha permanente e incansable de Federico Gutiérrez al frente de la administración municipal, quien estuvo liderando operativos relevantes con las autoridades para lograr la captura de estos cabecillas y que por fin purgaran la pena por sus múltiples crímenes, hoy estén en la mira, pero para salir supuestamente a socializar la paz.
La cuidad de la Eterna Primavera está sumida en la violencia, en manos de la delincuencia, como en aquella época que muchos quisieran borrar de su memoria, pero es imposible, el secuestro y de eso sí que hay tela para cortar.
¿Nos creen pendejos? No es como lo dijo el alcalde Daniel Quintero, quien el pasado mes de julio salió a decir que Medellín tuvo el semestre menos violento en los últimos 40 años y sostiene una reducción histórica de homicidios durante el año en curso.
¿Nos creen pendejos? Las verdaderas cifras están en cada uno de los habitantes de Medellín, ahora retumba en cada rincón que los cabecillas de los combos saldrán a realizar un trabajo de socialización sobre la paz. En serio ese mal chiste no lo cree nadie.
Así como vamos, en tres años, la Policía no existirá y de ellos sólo quedará en el recuerdo. Para ser más claros, en manos de los combos estará la seguridad de Medellín y va extenderse al país.
En esa supuesta socialización de la paz por parte de los jefes de las bandas, éstos estarían por fuera de la cárcel por horas para entablar conversaciones con las comunidades más afectadas por el conflicto. ¿Sí? Cómo no. Definitivamente el “gobierno del cambio” y del “vivir sabroso” una vez más quiere demostrar que se aplica para unos cuantos y precisamente para la delincuencia.
¿Nos creen pendejos? Que van a marcar hora de salida y entrada como si se tratara de un compromiso laboral, son muchas las preguntas que se extienden como una telaraña.
Saldrán de las cárceles para socializar la paz, se les pagará por no matar, sin duda alguna la red poco a poco se va convirtiendo hasta aislar la institucionalidad y en lugar de llamar o salir a buscar la autoridad para intervenir en un conflicto, es el jefe del combo como hasta ahora ya se vive en varios barrios de Medellín los que acuden hasta para intervenir en riñas de violencia intrafamiliar.
Como se hace hasta ahora, son los combos los que deciden qué tipo de huevos y arepas se venden en las tiendas de barrio; ahora no salgan a decir que son ellos los que van a salir a socializar el tema de la paz.
¿Nos creen pendejos? Que al salir los jefes entonces se definen cuáles rincones de la subregión serían visitados. Si teniendo supuestamente una restricción y cero beneficios que no lo es y que es un secreto a voces, desde la cárcel manejan y controlan las zonas, ahora nada cambia solo que ya tendría el permiso del gobierno.
La seguridad y la convivencia quedaría en manos de quienes llevan a sus espaldas el derramamiento de sangre, muchas viudas, madres llorando la ausencia de sus hijos, una guerra que siempre respira en el cuello y está lista para controlar territorios porque delinquir sí paga.
Mientras la otra parte de la sociedad, que es quien se levanta para luchar y dejar a sus hijos un legado de honestidad y trabajo, esquivan en cada esquina el acecho de la violencia, ahora respaldados por el gobierno.