Revelador testimonio de exdirector de Ruta N sobre cómo opera Daniel Quintero; cuenta por qué lo sacó

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“Yo salí con ganas de vomitar”, recuerda Juan Andrés Vásquez que sintió tras una reunión en la que el entonces alcalde le pidió que le ayudara a comprar unas empresas de Big Data, porque, le dijo, “Vos sabés que yo voy a ser presidente (…) y el manejo de la información, de la data, es muy importante”.

Por: El Colombiano

Juan Andrés Vásquez estuvo seis meses como director de Ruta N, tiempo en el que vivió las presiones de la Alcaldía para sacar al personal técnico y contratar a fichas políticas

Uno de los primeros técnicos que el alcalde de Medellín Daniel Quintero sacó de su alcaldía fue el director de Ruta N, Juan Andrés Vásquez. Justo en ese momento, con su salida en agosto de 2020, se prendieron las alarmas de lo que iba a ser la constante durante los cuatro años de este gobierno: el acabar con los funcionarios técnicos para ocupar los cargos con recomendados políticos.

Vásquez se había hecho visible por el trabajo de Ruta N en la fabricación de los ventiladores que salvaban vidas en plena pandemia, pero tan solo duró cinco meses en su cargo. Cuando salió no se dieron mayores detalles de su retiro. Pero ahora, él ha decidido romper su silencio.

El hoy ex director revela como, todavía sin posesionarse, lo inundaron con hojas de vida enviadas por el entonces secretario de Gobierno Esteban Restrepo, de la secretaria privada María Camila Villamizar y de Diana Osorio, la esposa de Daniel Quintero. Y como no importaba si no cumplían los requisitos para los cargos. Recuerda, por ejemplo, como en el caso de una de las hojas de vida que le enviaron para un cargo en el área financiera, cuando él le dijo a la secretaría Villamizar que la persona no cumplía con el perfil, ella simplemente me dijo: ‘¡Hacé que cumpla!’.

En este revelador testimonio, Vásquez menciona cómo Daniel Quintero en alguna ocasión lo llevó a un lado y le dijo: “Yo voy a ser Presidente de Colombia”, y que para eso era “muy importante la información, la data”, y le pidió que le ayudara “a comprar unas compañías que manejan Big Data”. Y el comentario empeoró cuando le dijo que él, el alcalde, quería comprar esas empresas pero no iba a figurar en ellas.

Vásquez, en ese momento, hizo caso omiso de todo lo pedido por el entonces alcalde y sus secretarios. Ahora ha recuperado audios, chats, y ha recurrido a su memoria para reconstruir cómo es ese modus operandi del equipo Quintero. Y en diálogo con EL COLOMBIANO, este es su testimonio.

“Me nombraron como director de Ruta N el 11 de febrero del 2020 con la intención de que empezara a ejercer el primero de marzo. Pero al otro día, 12 de febrero, a las 6 de la mañana recibí una hoja de vida en mi WhatsApp. Pensé que venía de algún conocido que se había enterado de mi nombramiento, pero al mediodía se me presentó el remitente diciendo que era Esteban Restrepo, el secretario de Gobierno, y que miráramos dónde podíamos poner a esa persona, que ojalá en el área de comunicaciones, y le respondí que en el empalme la consideraría.

Ocho días después, el 20 de febrero, aún sin posesionarme, Diana Osorio, la esposa de Daniel Quintero, me pidió una cita para que nos tomáramos un café. Eso hicimos. Hablamos de sus intereses en robótica de aplicarla para trabajar con niños, al final me entregó un sobre que tenía 3 hojas de vida y me dijo que esas eran personas que me podían ayudar en Ruta N, yo en ese momento lo vi normal.

Ese mismo día tuve una reunión con Pablo Cubides y a quien me presentaron como el mejor amigo del alcalde Quintero. Él mismo me contó que incluso eran socios en la empresa Intrasoft. Pero el asunto no paró ahí, porque el 26 de febrero, Esteban me envió un audio diciéndome que Pablo Cubides iba a ser el enlace para los temas del Valle del software desde el despacho del alcalde y que su contrato debía ser con Ruta N con los mejores honorarios posibles, y que mejor si lo vinculaba.

Todos esos mensajes los dejé pasar, porque todavía no estaba en el puesto formalmente. En el caso de Cubides pensé que cómo lo iba a contratar si él estaba ya con la Alcaldía (asesor de asuntos estratégicos). Ya cuando empecé, el 3 de marzo el alcalde me invitó a una reunión con personas de FedeSoft y, para demostrar que se rodeaba de personas técnicas, dijo que me había puesto en Ruta N sin saber si yo había votado por él. Eso era cierto, nos habíamos conocido años atrás cuando yo trabajaba en un fondo de inversión y él era director de Innpulsa, nos habíamos visto solo un par de veces.

El 7 de marzo Esteban me mandó otro audio diciéndome que le diera trámite rápido a la vinculación de la persona que me había enviado para la dirección de Comunicaciones de Ruta N: “Ya es hora de que eso quede listo, porque me están preguntando todos los días en qué va eso”. Cuando oí el audio fui a ver el perfil y no se ajustaba al cargo.

Días después tuve la primera junta de Ruta N y le pregunté a María Camila Villamizar, que era la secretaria privada del alcalde: “bueno, Freddy Esteban me está haciendo una serie de peticiones, yo quiero entender cómo es la línea de mando aquí en la en la alcaldía”. Ella me dijo: “Mira, si Esteban te pide algo, es como si te lo estuviera pidiendo el Alcalde”. A mí me pareció raro, porque veía discursos distintos en ellos dos. No hice mucho caso y seguí adelante.

Pero esa misma semana, María Camila me llamó para decir que se habían enterado de que había una vacante en el área financiera y que ellos ya tenían a una persona de confianza para el puesto y que, incluso, ya estaba en el concurso. Hablé con los de Recursos Humanos y me dijeron que era cierto, pero que no cumplía con todos los requisitos y eso se lo conté a María Camila y me dijo que yo tenía que hacer que cumpliera. Yo le dije: “pero ¿cómo así?”, y ella simplemente me dijo: “Hacé que cumpla”, y colgó.

Luego, el 13 de marzo, Esteban me preguntó por la vinculación de la primera hoja de vida que me mandó al día siguiente de mi nombramiento. Y en seguida apareció María Camila para preguntarme por las hojas de vida que me había pasado Diana Osorio. Yo le dije que nunca me habían dicho que era una obligación y que no veía la necesidad de tenerlas en Ruta N, a lo que me dijo: “mira a ver dónde las podemos tener”. Yo nunca accedí, no se hizo una sola contratación que estuviera por fuera de la norma.

Tuvimos muy pocas reuniones de trabajo, casi siempre que me llamaban o me visitaban era para alguna hoja de vida. Sí estuvimos muy involucrados en el tema de ventiladores y demás, pero puedo decir que primaban las intrigas y querer ingresar personas a Ruta N.

El 8 de junio, es decir, veníamos desde febrero con el mismo cuento, me escribió Esteban: “Recuerda por favor continuar con el nombramiento de la hoja de vida”, se refería a la primera hoja de vida que me había mandado. Yo siempre me refería a que había que abrir un proceso, pero nunca cumplía y yo tenía a una persona muy buena en comunicaciones.

El 9 de junio me llegó otra hoja de vida: “también revisemos dónde, por favor”. Yo siempre revisaba y en ese caso me di cuenta de que era una persona que había sido candidato al Concejo de Medellín por el partido Independientes, entonces uno sí veía entre todos los perfiles a muchos con línea política o que los habían acompañado a ellos.

Pero un día se colmó todo y Esteban me llamó para preguntar qué pasaba con las contrataciones. Le dije que no iban porque no cumplían. Me insistió en el de comunicaciones y le dije lo mismo. Él me insistió en que hiciera que cumpliera, entonces yo le dije: “No, pero es que no cumple, yo no puedo hacer que cumpla”, a lo que me respondió: “Entonces lo que está malo es el perfil”. Yo le dije: “El perfil está bueno, el perfil está definido hace mucho tiempo y la persona que está en el cargo cumple con esos requisitos”.

Ese fue el punto de quiebre porque me dijo que yo no le estaba entendiendo: “Aquí prima lo político a lo técnico”. Me preguntó que quién había definido los perfiles en Ruta N y le dije que eran unos procesos anteriores a nosotros y que se fijaban desde Recursos Humanos, a lo que me respondió: “Bueno, entonces mándame la hoja de vida de la persona de Recursos Humanos, porque esa es la primera que tenemos que cambiar”. Ese día supe que mi estadía en Ruta N iba a ser muy corta, porque yo no iba a acceder a hacer esos cambios y a dañar el estándar de calidad del personal.

El 16 de junio, Pablo Cubides me citó a una reunión en la Secretaría de Desarrollo para hablar de la alineación de Ruta N con ese despacho para sacar adelante los centros del valle del software. En ese momento el secretario Alejandro Arias me llamó a un salón aparte y me preguntó por la primera hoja de vida, me contó que esa persona era muy amiga de Esteban, y de él, que lo contratara, que los estatutos de Ruta N no me impedían hacerlo, que ellos los habían leído.

El 6 de julio, Esteban Restrepo me volvió a enviar la hoja de vida del 9 de junio para preguntarme que cómo iba esa vinculación. Llegó un momento en que yo ya tenía como 5 procesos rodando y, efectivamente, pues abrí los procesos a concurso. Después de la charla con Alejandro Arias había quedado muy contrariado, pensé: “Tenemos dos secretarios, secretario de Gobierno y secretario de Desarrollo de la ciudad de Medellín y los dos están trabajando y leyéndose los Estatutos de Ruta N para ver cómo ponen a un amigo, eso me pareció como absurdo”.

Resultó que en julio estaba en una reunión en la Alpujarra con María Camila y por el pasillo nos encontramos a Esteban y él dijo: “Ve, aprovechemos que Juan está aquí y metámosle una alineada con el Alcalde”. Yo hasta ese momento no creía, porque yo veía dos discursos muy distintos entre Esteban y el alcalde Quintero.

Llegamos a la reunión de alineación. Fuimos al despacho del alcalde y María Camila nos dejó a Freddy Esteban, al alcalde y a mí; nos sentamos y lo primero que me dice el alcalde es “Juan, quiero saber por qué no ha pasado nada con las hojas de vida que te he enviado con Esteban”. Me quedé frío, porque tuve claridad que todo venía del alcalde. Se derrumbó la imagen que yo tenía de la persona que maneja la ciudad.

Creo que él me vio tan desconcertado que me dijo: “Juan, a ver, que una persona sea política no quiere decir que sea malo para trabajar en Ruta N y, además, Ruta N es una trinchera política”. Le dije que no me parecía, que allá la gente se sentía orgullosa de la ciudad y me respondió: “Sí es una trinchera política y hay que acabar con eso, vamos a reemplazar el primero y el segundo nivel”, eso ya me lo había dicho también Freddy Esteban en otra conversación.

Me dijo que él era político y había sido director de Innpulsa y que había sido muy buen gerente, en palabras de él, recuerdo que incluso hizo lo mismo en Innpulsa. De hecho, cuando él llegó a Innpulsa cambió a todas las personas. Le dije que precisamente eso había hecho que Ruta N funcionara, que no habían barrido con la gente. Me respondió: “A las personas las vamos a cambiar y necesito que me ayudes con eso”. Yo solo dije, bueno, yo estoy adelantando los procesos y espero tener respuesta próximamente.

Salí de esa reunión y me encontré a Pablo Cubides, quien me dijo que volviéramos al despacho. Entramos y el alcalde me dijo que fuéramos a la terraza. Nos sentamos y me soltó: “Pues vos sabes que yo voy a ser presidente de Colombia”. Yo no entendí a qué venía el comentario, seguro me vio la cara de asombro y siguió: “Y resulta que para eso es muy importante la información, la data, yo creo mucho en las compañías de Big Data, el manejo de los datos y ese manejo es muy importante para que yo pueda ser presidente. Pablo Cubides y yo estamos pensando en comprar unas compañías de Big Data y te queríamos pedir ayuda porque has estado en el ecosistema de emprendimiento, has hecho inversiones en compañías, vos que conoces que nos ayudes con eso”.

Me quedé tan paralizado que él inmediatamente me dijo: “No, pero a ver, eso no tiene nada de malo, igual nosotros no vamos a figurar entre los dueños, tenemos a las personas que van a poner la plata y nos vamos con eso. Igual, vos también podés ser parte de la compañía”. Yo no salía de mi asombro, no podía creer que el alcalde me estuviera haciendo esa propuesta. Yo salí con ganas de vomitar, era como si ese ya no fuera un lugar honorable sino un lugar oscuro.

A los dos días Pablo Cubides me llamó para preguntarme cómo iba con la tarea que me había puesto el alcalde. Le dije que mal y se sorprendió y me tocó salir con algo: “¿Se quieren meter en ese tema de datos? Pues no hay que comprar una compañía establecida, consigan gente que sepa y fórmenla, creen la compañía, pero no, yo no me voy a meter, pues a comprar una compañía, asesorarlos para comprar una compañía, no, no vale la pena”.

Pocos días después tuvimos la visita del presidente Iván Duque, como a finales de julio, y le mostramos los ventiladores. En esa visita estaba María Camila, Esteban, todos, y yo quería salir rápido, porque claro, aprovecharon y me preguntaron y les dije que los procesos estaban andando. Luego, en una llamada telefónica le dije a María Camila que yo no consideraba ético sacar a alguien bueno, dotado, porque una recomendación política. Eso se quedó así. Como el 16 de julio, en una Junta, llevé los procesos que ya habían terminado y ninguno de los recomendados habían ganado. Ese tema no era de Junta, pero lo llevé, Alejandro Arias estaba ahí y creo que se sorprendió mucho.

A los 10 días me llegó una citación de Freddy Esteban. Fui a su oficina y todo estaba tranquilo, incluso me contó cómo había conocido a Quintero y que cuando le ofreció ser secretario de Gobierno él mismo dijo que no estaba preparado, pero que el Alcalde le dijo que se metiera, que ahí iba aprendiendo. Y de repente me dijo que teníamos que conversar de un tema que tenía muy molesto al alcalde y era que le importaba cinco que yo no le hiciera caso, pero que sí le molestaba que yo no le hiciera caso a su esposa Diana. Entonces me dijo que la alcaldía había tomado la decisión de que me iba a retirar del cargo. Que me agradecían mucho por lo que había hecho, que yo efectivamente era muy bueno en lo técnico, pero que yo no daba resultados en lo político, que en eso sí era muy malo.

Al final fueron 6 meses, pero digamos que cuando entre ahí, el 23 de julio, ya habían tomado la decisión de retirarme. Me preguntan ¿por qué no me echaron antes? Yo la única explicación que encuentro es que efectivamente estamos dando resultados y en un momento hubo mucha atención de parte de todo el pueblo colombiano alrededor de los ventiladores mecánicos que estábamos liderando desde Ruta N”.

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