El Mesías se pone del lado de los criminales

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Por: *Felipe Zuleta Lleras .

Gustavo Petro duró 30 años* pavimentando su camino hacia la Presidencia de la República. Buen candidato sí, pésimo presidente también. Petro, y espero no equivocarme, enterró a la izquierda colombiana. Sus constantes equivocaciones y su ineptitud y la de sus funcionarios hicieron que este proyecto político fracasara. Tal vez eso explica por qué le gusta insistir en que lo matarán, para pasar a la historia como mártir pues sabe que como presidente ya pasó como el peor en la historia republicana de Colombia. Está claro que el presidente de la República no estaba preparado para ejercer el cargo. Se le olvidó que en algún momento tendría también oposición como la está teniendo ahora. Ve golpes blandos en todas las esquinas, pelea con los periodistas, arremete contra el Congreso, insulta a las altas cortes y se dedica a difundir mentiras en sus redes sociales.

Petro subestimó al pueblo colombiano y decepcionó a aquellos que votaron por él. Le quedan unas pocas bases que ya no le dan ni para llenar plazas. Petro perdió las calles y él lo sabe. Súmele usted a este desolador panorama los escándalos de corrupción de su gobierno y de algunos de sus parlamentarios que con doble racero dicen una cosa y hacen otra. El presidente ha desafiado la decencia y el respeto hacia el pueblo colombiano con decisiones como las de tener de embajador a Armando Benedetti o de seguir con Laura Sarabia como su mano derecha, cuando se sabe, porque así lo confesaron los policías, que la orden de atropellar a la niñera de Sarabia provino directamente de la Casa de Nariño.

En días pasados el portal La Silla Vacía publicó otro caso de corrupción de personas cercanas al círculo del presidente y de la primera dama (si lo sigue siendo) Verónica Alcocer. Petro llegó a destruir, no a construir. El sector minero energético, el de la construcción, los grandes proyectos de infraestructura, las relaciones internacionales y a todo aquel que se oponga a su gobierno, a quienes no baja de asesinos y fascistas. No me atrevo a decir que está loco porque no tengo los títulos para darle ese calificativo en términos de psiquiatría. Pero, sin temor a equivocarme, estoy seguro de que el presidente es una pésima persona, un muy mal ser humano como lo han sostenido personas que en el pasado estuvieron en su círculo cercano. Tiene serias fracturas en el Pacto Histórico. O así lo dejó ver el señor Bolívar al decir que María José Pizarro no era un buen ser humano. Como demócrata me hubiera gustado que al poder llegara una izquierda seria, organizada, honesta y capaz. Pero llegó todo lo contrario. Ese no era el cambio que los 11 millones de colombianos que votaron por Petro estaban esperando.

Notícula. Mucho asco fue lo que me produjo el abrazo entre Petro y Mancuso. El Mesías se pone del lado de los criminales humillando a las víctimas. ¿Hasta cuando aguantará el país todos los despropósitos de Petro? Debe ser que entre ellos se entienden.

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