Tras seis meses de la estrategia Abrazo a la Plaza Botero, con la intervención de diferentes secretarías, se ha mejorado la seguridad y la experiencia de quienes recorren esta zona, lo que ha favorecido la percepción y aceptación de los ciudadanos. Este año, la plaza ha recibido a más de 1.800.000 personas, quienes dan fe de la transformación, apropiación y cambio en el lugar.
“Yo invito a la ciudadanía y a las personas que llegan del extranjero a visitar esta plaza. Es una maravilla, está hermosa. Además, tiene un capital cultural, una riqueza que no la tienen muchas ciudades”, expresó el alcalde (e) Óscar Hurtado Pérez.
Allí se han realizado ferias de empleo con empresas privadas y se han llevado a cabo acciones para el aprovechamiento y embellecimiento del espacio público. Así mismo, la Administración Distrital firmó el pacto por el turismo responsable, con directivos y gerentes de establecimientos de alojamiento, hospedaje, agencias de viajes, restaurantes, bares y comercio, personal operativo de las empresas prestadoras de servicios turísticos. También se instaló un punto de información para conocer las mejores rutas y experiencias.
“En términos generales podemos identificar que cuando iniciamos nuestra intervención solamente una de cuatro personas consideraba la plaza como un lugar seguro. Hoy avanzamos, ya son cuatro de cada cinco ciudadanos los que consideran que es seguro. Lo mismo pasa con la concepción acerca de si es aseado, limpio. Hoy vamos avanzando en que el 97 % de las personas están dispuestas a recomendar o a sugerir a sus amigos o familiares que vengan a este espacio”, dijo el gerente de Proyectos Estratégicos, Johan Londoño.
Con el Abrazo a la Plaza Botero también se han adelantado obras para la recuperación de la zona peatonal aledaña a la Avenida León de Greiff y se han modificado algunas dinámicas, lo que aporta al desarrollo social y progresivo para la consolidación de este espacio como un sitio seguro para el arte y la cultura, tranquilo para residentes y turistas, lo que fomenta el turismo y la economía del s