Crónica- “Cuando salgo a reciclar, me pongo pestañas y aretes, ojalá pudiera salir entaconada”: Nancy Cetre “Si no se porta bien, se lo lleva el señor de la basura”, decían los padres antiguamente, desconociendo que esos mal llamados “señores de la basura” eran en realidad recicladores, un oficio digno que hoy le da sustento a más de 4.700 personas en Medellín. Nancy Cetre es una de ellas. Hace parte del grupo de recuperadores adscritos al programa de fortalecimiento a recicladores, y durante 14 años ha desarrollado esta labor sintiéndose afortunada de saber que le gusta, le genera ingresos y contribuye con el medio ambiente. “Cuando me quedé sin empleo, estuve buscando mucho, y nada por aquí y nada por allá. Los que aparecían no me dejaban estudiar y esa era mi prioridad. Me tocaba hacer trabajos esporádicos para poder ayudarle a mi mamá, hasta que conocí una amiga que reciclaba con el papá y me invitó. Aprendí y lo amé. Ya pienso que mientras pueda moverme, voy a morir reciclando”, dice Nancy. En la conmemoración del Día Internacional por los Derechos de las Mujeres resaltamos el compromiso de personas como Nacy, quienes entregan su vida al servicio y la protección de nuestro bien más preciado: el medio ambiente; al tiempo que velan por el cumplimiento de sus derechos y el acceso a oportunidades laborales dignas. “Recolecto el material los lunes y los jueves. Los días siguientes, lo organizo y lo separo. Además, vendo gelatina con lecherita, fruta picada y hielo; soy mamá y abuela. Tengo 51 años y todavía me la rebusco. A mi que no me digan que somos el sexo débil, que conozcan mi fuerza primero”, comenta y se ríe. En su relato refleja el orgullo por dedicar su vida a ayudar al planeta y, al mismo tiempo, resalta la importancia de nunca perder su elegancia, gracilidad y feminidad: “para ir a la ruta, me pongo mis pestañas; y que no me falten los aretes, ojalá pudiera salir entaconada”. Inició su vida laboral desde los nueve años, cuando su hermano la invitaba a lustrar zapatos en el parque de Barbosa. Recuerda que la vitalidad y tenacidad con la que ha salido adelante, las aprendió de su mamá, quien le enseñó que sin importar lo que hiciera, siempre debía sentirse feliz. “Cuando recibí mi diploma de recicladora profesional, se reían porque no entienden lo que significa ganar un diploma por recoger, no digamos basura, sino lo que la gente tira al piso y cree que ya no sirve. Eso para mí es plata. Yo les digo que hago esto porque a mi me gusta. Que vean en la pared de mi casa cuántos títulos tengo: de servicio al cliente, de taquigrafía, de repostería… que me permiten trabajar en la empresa que yo quiera, y sin embargo hago esto porque a mí me place, y obvio, porque me da dinero”. La Administración Municipal trabaja para fortalecer la labor del reciclador, reconociendo y visibilizando dentro de la sociedad su importancia en la cadena de aprovechamiento de residuos sólidos. Por esto, y con el fin de formalizar su experiencia, más de 400 recicladores han recibido la certificación en competencias laborales. Alrededor de 59 mil toneladas de material aprovechable se captan en la ciudad por el trabajo de los prestadores del servicio, aportando con su labor a minimizar los impactos ambientales y prolongando así la vida útil del relleno sanitario. |
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