Las emociones son una vibración y existen estudios genéticos que unen los conceptos de la composición del ADN y su relación con las emociones. Proyectos como el del Genoma Humano sobre el ADN o el trabajo del científico Dan Winter sobre el mismo tema pero relacionado con el corazón, abren diferentes hipótesis sobre la relación que existe entre el ADN y las emociones.
Las emociones tienen su propia frecuencia vibratoria y tomando como punto de partida que solo existen un par de emociones básicas, que experimentan los seres humanos, “Amor” y “Odio” puede afirmarse que todo el resto de emociones derivan de forma directo o indirecta de las dos principales.
La ciencia y la relación del ADN y las emociones
A comienzo de los años 90, Dan Winter, científico del Instituto Heartmath, descubrió que las emociones programan el ADN y activan el código genético del cuerpo. El miedo tiene una frecuencia de vibración más lenta y larga en tanto que el amor tiene una frecuencia alta y muy rápida, pudiéndose entonces afirmar que las vibraciones son la base de la existencia del ser humano.
Existen 64 combinaciones de aminoácidos posibles en la estructura de ADN del ser humano y éstas se realizan a partir de 4 elementos como son el carbono, oxígeno, hidrógeno y nitrógeno.
Si se aplicara la lógica las personas deberían tener 64 combinaciones activas en su estructura de ADN, pero solo 20 códigos se mantienen activos debido a que existe un “interruptor” que que enciende y apaga la posibilidad de que aparezcan estos códigos, es lo que se conoce como emoción.
Un experimento realizado por el Institute of Heart Math, sobre el ADN de placenta humana pudo medir los cambios que se generaban según las emociones que eran transmitidas ya fueran amor, aprecio, rabia, miedo, estrés o frustración.
El ADN se hacía más corto o cerrado ante sentimientos negativos mientras que la longitud del mismo se alargaba antes sentimientos positivos.
Así, según este experimento cuando una personas se siente “apagado o desconectado” por emociones negativas la razón es que también el cuerpo se apagó, mientras que ante el amor, la alegría o la gratitud el cierre de ADN se revertía y los códigos volvían a conectarse.
Podría entonces afirmarse que si las personas consiguen mantener sus emociones positivas siempre “conectadas” esto puede ayudarlas a mantenerse bien sin importar lo que ocurre a su alrededor.
Como conclusión, es posible afirmar que las emociones se convierten en energía que llega directo a cada célula del ADN y muchos estudios han demostrado que existe una relación directa entre el estado emocional, mental y de salud de una personas.
Quien por ejemplo sufre de depresión o emociones negativos suele desarrollar con el tiempo algún desorden de tipo físico en tanto que las emociones positivas realzan el sistema inmune, por lo tanto según Dan Winter lo más sano que cualquier individuo puede hacer es tener o sentir mucha dicha y felicidad que es lo que finalmente le dará una larga vida.