Le hablo hoy al Sr HERNANDEZ ex-Capitan de AVIANCA. Ex-piloto. Ex-comandante y ex-jefe del sindicato de pilotos de AVIANCA. Y a los cientos de pilotos que participaron en una huelga tan solo unos meses atrás: Supongo señor Hernandez que desde el balcón de su casa ve hoy con satisfaccion el fin de una compañía que durante 100 años muchos quisieron construir y Ud y sus pilotos fueron el principio del fin de una situación que ya es tarde para lamentarnos. Nunca estuvimos los Colombianos de acuerdo con la huelga, pero admiro su liderazgo de haber llevado a cientos de pilotos a supuestamente la tierra prometida y terminó en un impacto contra el terreno, causando un accidente fatal. Las consecuencias económicas que deparó su huelga puso a la empresa en una situación económica que tomaría más de 5 años para su recuperación. Hoy todos perdimos. Ud dio fin a una carrera exitosa, su principal enemigo El Sr Efromomich perdió el control de la compañía, los colombianos perdimos una empresa emblemática de la cual nos sentíamos orgullosos. Y desde luego perdieron los empleados y las tripulaciones que hoy lamentan haber sido pieza fundamental del inicio de una muerte anunciada.
Recuerdo las marchas de los capitanes por la calle 26 en Bogotá acompañados de FECODE, la USO, la CUT (especialistas en acabar con las empresas y el empleo), entre otros, con sus gorras mal colocadas, sus chaquetas de botones doradas abiertas en señal de protesta por los bajos salarios recibidos y los infames beneficios que recibían los pilotos de la aerolínea, (cuántos tiquetes recibía usted y sus familiares para volar gratis en un año?) sin embargo, seguían marchando hacia el Ministerio de Trabajo en actitud altiva, (el que se exalta será humillado y el que se humilla será exaltado)arrogante y soberbia, pidiendo respeto a sus derechos salariales y beneficios merecidos. Exigiendo pagos equivalentes a los pilotos de las compañías Asiáticas, Emiraties, o Norteamericanas.
Literalmente veníamos en los noticieros cómo pateaban la lonchera. Hoy ya con sus manos Elevadas al cielo que surcan a Diario elevan plegarias al Todo Poderoso para que la compañía no se acabe y puedan seguir recibiendo los pírricos salarios y los pocos beneficios.
Pero llego a la cabina un pasajero indisciplinado que se sentó en la silla C-19 y les ayudó a cumplir su objetivo. Les coloco los reversibles en vuelo e inicio una barrena de la cual el tripulante más experimentado no pudo recuperar. Hoy no vemos esas nutridas marchas hacia el ministerio de Hacienda o la casa de Nariño pidiendo ayuda económica para salvar la compañía que Uds querían destruir.
Esto es un mensaje de reflexión para todos los Colombianos, para todos los sindicatos que han querido destruir las instituciones y las empresas, que con los paros acabaron con el emprendimiento. Hoy todos tenemos que ser parte de la solución para construir un nuevo país que ese pasajero de la silla C-19 no sólo afectó a la aviación en el mundo sino que nos dio una lección para unirnos todos en una misma causa y poder construir sobre lo destruido.
Atentamente: pasajero silla C-19