La periodista y escritora cuenta cómo ha sido la transformación, a causa del coronavirus de Florida, uno de los sitios más turísticos del mundo.
Desde que el pasado 13 de marzo el presidente de Estados Unidos, Donald Trump declaró la emergencia nacional, la vida de quienes vivimos en este país dio un cambio radical. Ese fue el último día de clases en las escuelas públicas de Miami y marcó el inicio de la cuarentena obligatoria que poco a poco fue extendiéndose a otros condados del estado de la Florida.
La medida de confinamiento que busca reducir la propagación del coronavirus implica que solo se puede salir para las actividades esenciales, que son supermercados y farmacias. Servicios como jardinería, reparaciones y mantenimiento de piscinas también son consideradas fundamentales
Las actividades al aire libre como correr, nadar, caminar, andar en bicicleta y pescar pueden seguir desarrollándose, pero no en lugares prohibidos por las autoridades como parques y playas. Siempre y cuando se mantenga la distancia social recomendada que es de 6 pies (1.82 metros).
Aún siguen abiertos los talleres de reparación de automóviles, bancos e instituciones financieras, empresas que prestan servicios de envío, incluido el correo, ferreterías, contratistas y otros proveedores que brindan los servicios necesarios para mantener el funcionamiento esencial de las casas y otras estructuras, tiendas de productos de oficina necesarios para que las personas trabajen desde casa, proveedores de servicios de lavandería y empresas que vendan productos o servicios de telecomunicaciones para el hogar.
Los negocios que llevan cerrados más de dos semanas son centros comerciales, peluquerías, clínicas de estética, spa, gimnasios, bares y restaurantes. Estos últimos solo pueden atender las órdenes para llevar o recoger.
Todos los principales parques temáticos en la zona de Orlando, incluidos Disney World, Universal Orlando, SeaWorld Orlando y Legoland, han anunciado que permanecerán cerrados hasta nuevo aviso.
Las restricciones decretadas por el gobernador Ron De Santis estarán vigentes hasta el 1 de mayo y cobijan a los más de 21.5 millones de habitantes de la Florida.
La Miami de hoy es bien diferente a la que estábamos acostumbrados. Las calles y autopistas como Palmetto, Dolphin Expressway y Turnpike están casi vacías, muy pocos carros circulan y por supuesto no hay trancones. Es como un día festivo en la noche. Y aunque el sueño de muchos era poder movilizarse sin el tedioso tráfico de la ciudad, hoy las razones por las que está sucediendo dejan un sabor amargo y de tristeza. La ciudad está tranquila, no hay peatones y los ruidos que se escuchan de vez en cuando son los sonidos de las sirenas de policía o ambulancias.
El otrora aeropuerto internacional de Miami hoy refleja la realidad del país. Sigue abierto, pero con pocos vuelos y muchas restricciones por parte del Departamento de Estado. Al pasar por la autopista paralela a los hangares se observan los aviones parqueados. El de Miami es el tercer terminal más importante del país, al movilizar un promedio semanal de 867. 074 viajeros.
Muchos negocios que pueden funcionar han optado por reducir las horas de operación, tener menos oficinas abiertas y por orden de las autoridades demarcan con cinta en el piso el punto donde cada persona puede estar, guardando la distancia de 6 pies entre cada uno. Además, más de 10 personas no pueden estar en el mismo lugar.
Supermercados
Siguen abiertos los mercados de agricultores, supermercados, tiendas de dólar, panaderías y empresas del cultivo de alimentos como carnicerías y pescaderías. Debido al temor que existe de contagio, ir al supermercado es una actividad que muchos quieren evadir. Es por eso que las empresas que se dedican a hacer las entregas están haciendo su agosto. Negocios como UberEats, Postmates, Amazon Fresh e Instacart siguen operando.
A través de sus aplicaciones se ordenan los alimentos, se especifican las características de lo que se quiere e incluso se indica si es posible un sustituto en caso de no encontrar el producto inicialmente requerido. Es un servicio sumamente conveniente porque elimina el riesgo de ir al supermercado y nos da la comodidad de recibir la compra en casa. Eso sí, ante la alta demanda están contratando más personal y las órdenes deben hacerse por lo menos dos días antes de que las necesitemos. Otras tiendas ofrecen el servicio de recogida. Por ejemplo, Walmart tiene su aplicación y el consumidor puede hacer su compra en línea, luego recibe una notificación de la hora en la que sus productos estarán listos para recoger, así como el número de parqueo en el que debe ubicarse. Un empleado de la tienda dejará la compra en el baúl del carro.
Durante los primeros días hubo desabastecimiento en los supermercados, los consumidores llegaban y hacían compras nerviosas. La mayoría adquiría lo necesario para varias semanas de encierro. Agua, enlatados y productos de aseo volaron. Aunque ya hay mas surtido, sigue existiendo escasez de artículos para el aseo personal, papel higiénico, limpiadores de manos, guantes, máscaras, huevos y leche. Este tipo de productos literalmente vuelan y no duran más de una hora en el estante. Antes cuando se iba al supermercado existía una amplia variedad de marcas y productos, ahora hay que tomar lo que hay y punto. Esto es algo a lo que el pueblo americano no estaba acostumbrado y solo veía cuando venía un huracán o en las noticias sobre la escasez en Venezuela.
Otra situación a la que hemos tenido que adaptarnos es a las filas para entrar a tiendas mayoristas como BJ’s, Costco o Sam’s Club. Por las restricciones en el número de personas que pueden estar en un lugar público, hay una larga cola. Entra un grupo y sale otro. De esta forma, hay que madrugar para ser los primeros o tener paciencia y comprar lo que quedo.
Al final, independientemente del método usado para comprar sigue el ritual de desinfectar los productos para evitar cualquier contagio.
La escuela en línea
Uno de los aspectos que más ha impactado la vida de los miamenses es la suspensión de las clases y el tener que convertirnos en maestros de nuestros hijos. Además de tener que lidiar con el hogar, el trabajo y el pánico por el coronavirus.
Los distritos escolares del sur de la Florida, incluidos Miami-Dade, Broward y Palm Beach, permanecerán cerrados y mantendrán el aprendizaje en línea hasta al menos el 1 de mayo. Aunque se estima que el resto del año escolar (hasta junio) será por internet debido a la pandemia.
Para facilitar el aprendizaje y garantizar que todos los estudiantes puedan continuar con su preparación, el distrito escolar de Miami- Dade entregó más de 32 mil computadoras a quienes no tenían acceso a una. La idea es causar el menor impacto posible en la educación de los niños. El cambio no ha sido fácil tanto para padres, maestros y alumnos, pero hay que acostumbrarse y superarlo. En estos momentos las plataformas digitales son fundamentales.
Otro programa que sigue vigente por parte de las escuelas es el de comida gratis, desayuno y almuerzo a estudiantes o miembros del público quienes pueden continuar teniéndolo únicamente para llevar.
Entretanto, las universidades, escuelas profesionales y colegios técnicos pueden operar, pero solo en línea durante el resto del semestre académico.
Adicionalmente, el nivel de desocupación está en su punto más alto. En Florida más de 400 mil personas han perdido su trabajo. Y la página web para aplicar al seguro de desempleo está colapsada. Entrar en ella es una odisea, y quienes lo logran tardan varias horas antes de poder completar su aplicación en línea.
La nueva vida normal a la que nos enfrentamos implica desafíos. Primero, porque tardaremos varios meses en volver al ritmo de antes. Segundo, debemos triplicar nuestra capacidad de adaptación a los cambios. Tercero, el nuevo panorama nos ayudó a descubrir lo que teníamos y quizás no valorábamos en su justa medida como la libertad y la tranquilidad. Tal vez es por eso que últimamente en Miami la frase “éramos felices y no lo sabíamos” cobra tanto sentido.
El coronavirus y la crisis sanitaria mundial por cuenta de la enfermedad que ha matado a más de 95 mil personas en el mundo puso en jaque la vida de la barranquillera Mayra Rojano, quien vive hace algunos años en España. Madre de dos hijos, ingresó al hospital Ifema, construido en el recinto ferial de Madrid del mismo nombre, con una neumonía bilateral generada por el COVID-19.
Ayer completó ocho días recluida en el centro asistencial, habilitado especialmente para la atención de los contagiados por el coronavirus en Madrid, y después de 6 días de permanecer en cuidados intensivos ahora se recupera satisfactoriamente en la unidad de cuidados especiales.
“Quiero decirles que el COVID-19 es una realidad. Que nadie se imagina lo mortal y terrible que es hasta que lo vives, hasta que tienes la muerte realmente cerca. Hubo un momento que pensé que no regresaría, que no volvería”, relató Mayra.
Ya en recuperación y con aliento para contar su experiencia, Mayra grabó un video en el que envía un mensaje a los colombianos y barranquilleros para que se cuiden y eviten salir de casa. “El riesgo no está solamente en nosotros, el riesgo está en contaminar, en contagiar a los nuestros también”.
Señaló que mientras la situación acaba o es controlada, es necesario que la gente entienda la importancia de cuidarse, de lavarse las manos y evitar el contacto con el exterior.
“El COVID es real, yo lo viví, mi familia lo está viviendo y es un sufrimiento, es una tristeza, porque es que no sabes si vas a volver”, concluyó diciendo en el video publicado por EL HERALDO y en el que relata la dura prueba por la que ha atravesado con esta enfermedad, alejada del afecto y de la compañía de sus familiares y amigos, recluida en un hospital, el más grande de Madrid, con capacidad para atender 1.300 pacientes convencionales enfermos por el virus y 96 en cuidados intensivos.
Por Redacción E Heraldo.co y Alix López