Hoy es 24 de diciembre y es navidad, tiempo para compartir con la familia y los amigos, la gran familia compuesta por los que están ligados por la sangre o por la amistad con nosotros y, aunque aún tengo a mi esposa y mis hijos con los cuales estaré reunido, además de amigos, creo que es una navidad más solitaria que la del 2021 pues son muchos los que se nos adelantaron en el vuelo de salida y quiero recordarlos porque compartieron conmigo muchos años de vida y muchos procesos de nuestros sueños y propósitos en varios años.
Rubén Darío Montoya, Humberto Uribe Saldarriaga, Hernán Ochoa Alzate, Gustavo López Gómez, Guillermo León Velásquez, Abraham Rodríguez Guerra, Javier Arboleda y Héctor Restrepo fueron los más notables que recuerdo y que nos abandonaron en menos de tres años y dentro de la familia se nos fue la “Reina”, Luz Marina Pérez Tamayo, una de las personas más apreciadas en su círculo social y familiar.
No hay mucho que celebrar entonces, pero sabemos que todos estamos en fila y tarde o temprano, otros darán noticia de nuestra desaparición, pues es ley de la vida.
No pongamos cara amarga y celebremos que estamos vivos y que debemos compartir con los que nos quedan, por lo que hoy he vuelto a escuchar “El Duraznero”, “Noche de Paz” y otros villancicos que nos devuelven a los tiempos de la niñez, a los globos, los trompos y las cometas.
Gocemos la presencia de los seres queridos, dialoguemos para conectarnos con las personas y no con los mundos virtuales, sintamos el olor, el color y el sabor de nuestras gentes, escuchemos sus alegrías y sus angustias, sus sueños e ilusiones, pensemos en la patria común y en sus dificultades para salvarla con nuestras decisiones responsables, conscientes, pero sin soportes en el odio, la revancha o la codicia, gocemos escuchando nuestra música y soñemos con un mejor país, construido por todos nosotros en el nuevo año que ya casi asoma sus primeras horas.
FELIZ NAVIDAD EN AMOR, ARMONÍA Y SOLIDARIDAD.