La COP16 del convenio mundial por la diversidad biológica– ONU.
“Colombia está adquiriendo un gran liderazgo en la lucha que hay que dar a nivel internacional en defensa de la vida (cualquiera sea su expresión) y en contra del cambio climático, por ser este uno de los más peligrosos y silenciosos enemigos que hoy tenemos como humanidad”.
Por: Héctor Jaime Guerra León*
Con gran entusiasmo, casi que hasta sacando pecho y con gran orgullo, pero en especial con una gran expectativa a nivel mundial y en todo el continente latinoamericano, se concentran los esfuerzos para que en Colombia se lleve a cabo una de las cumbres Mundiales más importantes de este siglo en materia medioambiental y biológica, la COP16, cuya sede tendrá lugar en la hermosa “Ciudad del Cielo”, apelativo que por sus especiales condiciones climáticas, la multiculturalidad étnica de sus habitantes y sus diversas riquezas y potencialidades en varios tópicos de ese inmenso valle, hacen que Santiago de Cali sea una de los lugares más atractivos de nuestro país.
La Administración local caleña, con el auspicio del gobierno nacional, en cabeza de su propio presidente Petro, que es un apasionado de estos temas, asumiendo un admirable e irrevocable compromiso frente a los retos originados con el calentamiento global (tal vez por ello hoy seamos sede de tan esperanzador evento internacional) y la señora ministra Susana Muhamad, preparan atentos hasta el más mínimo detalle, para que entre el 21 de octubre y el 01 de noviembre de la presente anualidad, no solo los caleños, sino también los colombianos, recibamos –se calcula- alrededor de 15.000 personas provenientes, podría decirse, de casi todos los rincones del mundo, en calidad de delegados, periodistas, expositores, organizaciones defensoras, autoridades gubernamentales, muchas de las ONG comprometidas con el tema de la vida y la naturaleza, empresas privadas y públicas de más de 190 países que actualmente hacen parte de Naciones Unidas –ONU, organización internacional a la cual pertenecen este tipo de eventos y cuya fundamental misión es “Mantener la paz y la seguridad internacionales. Proteger los derechos humanos. Distribuir ayuda humanitaria y Apoyar el desarrollo sostenible y la acción climática”.
Entre los muchos propósitos que se persiguen con la celebración de este magno evento, se tiene que el planeta entero está sintiendo que es inaplazable empezar a trazar derroteros que permitan, a la comunidad internacional, establecer parámetros para un tratamiento más justo, responsable y equitativo de los recursos que la humanidad tiene provenientes de la biodiversidad global y de comprometer (concientizar) aquellas naciones o civilizaciones que aún no han sabido asumir un trato adecuado a tan agotable y caro recurso, pues de seguirse a este paso y no tomar y ejecutar estrategias serias, integrales y definitivas, muy pronto se iniciará el tránsito, sin retorno, hacia un estado de escases y de “pobreza” en términos de biodiversidad que nos podrá conducir -de no actuar ahora- a un estado de autodestrucción del cual será muy difícil devolverse. Ahí está la seriedad, importancia e inaplazabilidad de este espinoso tema.
Se trata es de que si no pensamos en cómo proteger nuestra diversidad biológica, nuestra naturaleza, en otras palabras a nuestra Madre Tierra, con todas sus riquezas y potencialidades, nuestro futuro, como la raza que somos hoy, será ciertamente incierto y desesperanzador. Es paradójico, pero es la verdad, debe actuarse y muy rápidamente en busca de la repotenciación de nuestra biodiversidad, antes de que sea demasiado tarde. Eso no solamente lo ha reconocido el señor presidente Gustavo Petro, quien por fortuna para todos los colombianos, es hoy uno de los dirigentes más comprometidos ante la comunidad de naciones, sino que es un problema que ya está sobre diagnosticado y muy bien estudiado y definido por los hombres y mujeres más estudiosos del universo en esos temas y es la misma ciencia (no el capricho de nadie) la que le ha dicho a la humanidad que es la hora de actuar, para avanzar y progresar en esa materia o; por el contrario, permanecer quietos y esperar las serias consecuencias que en ese sentido ya afloran, dejando percibir su gran capacidad destructora como los gases de efecto invernadero, el calentamiento global, y el cambio climático, entre otros letales flagelos que de allí suelen desprenderse.
Así pues que “Como una potencia de la biodiversidad natural y diversidad humana, que cuenta con una riqueza histórica, la región Pacífica nos brinda la oportunidad para que Colombia nos muestre porque es el país de la belleza. Esta es una oportunidad además para cicatrizar heridas, para que se selle un pacto social, poner los ojos del mundo en el pacífico, en sus regiones y conflictos. Este es el tiempo de la protección de la vida, de la Paz con la naturaleza” (palabras del presidente colombiano, resaltando la importancia que tendrá esta emblemática reunión).
“Queremos que esta sea la COP de la gente, de quienes viven y prosperan en la biodiversidad, donde se promulgue la Paz con la naturaleza y sea uno de los pilares de la crisis climática”, expresó con mucho entusiasmo la señora ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Susana Muhamad, quien de paso y en justicia hay que decirlo, ha puesto especial interés a nivel global para liderar este y otros tantos temas que han hecho posible que Colombia esté adquiriendo un gran liderazgo en la lucha que hay que dar a nivel internacional en defensa de la vida (cualquiera sea su expresión) y en contra del cambio climático, por ser este uno de los más peligrosos y silenciosos enemigos que hoy tenemos como humanidad.
* Abogado. Especialista en Planeación de la Participación Comunitaria; en Derecho Constitucional y Normas Penales. Magíster en Gobierno.