Llorar o vender pañuelos

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Juan Manuel Nieves R – La República

Un amigo empresario que presta servicios a los hoteles, la última semana de febrero realizó una reunión en una famosa discoteca de Bogotá, donde invitó a más de 60 clientes para fidelizar su servicio, aprovechando la feria de Anato; esa misma semana se anunciaba la apertura de una nueva aerolínea que viajaría con rutas desde Cali y Cartagena hacia Madrid. Ambas, dos semanas después estaban cerradas por el coronavirus.

La historia de estas dos empresas se repite a lo largo del mundo; en Colombia, el Gobierno prometió ayudas financieras para pequeñas y medianas empresas y con un gran esfuerzo ha pospuesto el pago de diversos impuestos y hasta prometió ayudar con el 40% de los sueldos mínimos a empresas que hayan tenido una disminución de sus ingresos en al menos 20%. El acceso al sector financiero ha sido el gran problema. Muchas empresas, al oír los anuncios de la Presidencia, acudieron a los bancos y con sorpresa se encontraron con diversas dificultades para acceder a los créditos y las ayudas esperadas del sector bancario nunca llegaron.

La tasa de desempleo en Colombia actualmente ronda 12,6% y el impacto del coronavirus apenas está por verse; según expertos va llegar a 18% o incluso arriba de 20%, cifras que sumadas al crecimiento inverso que tendrá la economía en, al parecer, 5 puntos, pueden convertir al país en una auténtica bomba social. La solución no puede venir solo del Gobierno, pero sí será su papel el aliviar las cargas tributarias, facilitar el emprendimiento y dar ejemplo con la reducción del gasto.

Con este panorama y frente al papel de facilitador que puede hacer la Presidencia, será misión del sector privado el hacerle frente al sostenimiento de las empresas; My Revenue, empresa protagonista de la primera historia, originalmente se dedicaba a la optimización de precios y servicios de los hoteles, ahorita mutó su actividad principal y trabaja junto con otros profesionales en programas de certificaciones internacionales en materia de higiene y salud para el sector hotelero, tuvo que despedir a varios empleados y hasta trabaja en la distribución de productos de aseo; la empresa no va volver a funcionar en muchos meses y no se sabe si la nueva realidad los obligue a cambiar su actividad principal.

La empresa aérea de la segunda historia suspendió operaciones hasta 2021 en Colombia, cerró la mayoría de las oficinas y busca aprovechar su capacidad instalada para ofrecer otros servicios como call center o vuelos privados.

Como ellos, miles de empresarios deben hacer uso de su emprendimiento e imaginación para buscar nuevas formas de ingreso; en esta crisis mal hacen los empresarios que se sientan a lamentarse y a esperar ayudas del gobierno; lo urgente es vender de nuevo, así toque cambiar el objeto principal de su idea o empresa constituida, pues tiene razón un primo al hablar de la situación: en épocas de crisis hay dos tipos de empresarios, el que se sienta a llorar y el que vende pañuelos.

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