” Te estás volviendo viejo”, me dijeron,
“has dejado de ser tú,
te estás volviendo amargado y solitario”.
No, respondí,
no me estoy volviendo viejo,
me estoy volviendo sabio;
he dejado de ser lo que a otros le agrada
para convertirme en lo que a mí me agrada.
He dejado de buscar la aceptación de los demás para aceptarme a mí mismo;
he dejado tras de mí los espejos mentirosos que engañan sin piedad…
No, no me estoy volviendo viejo.
Me estoy volviendo acertivo:
selectivo de lugares, personas, costumbres e ideologías; he dejado oír apegos, dolores innecesarios, personas, almas y corazones… no es por amargura,
es simplemente por salud.
Dejé las noches de fiesta por insomnios de aprendizaje, dejé de vivir historias y comencé a escribirlas, hice a un lado los estereotipos impuestos; dejé de usar maquillaje para ocultar mis heridas y ahora llevo un libro que embellece mi alma;
cambié las copas de vino por tazas de café;
me olvidé de idealizar la vida y comencé a vivirla.
No, no me estoy poniendo viejo,
llevo en el alma lozanía y en el corazón la inocencia de quien a diario se descubre,
llevo en las manos la ternura de un capullo que al abrirse expandirá sus alas a otros sitios inalcanzables… para aquellos que solo buscan las frivolidades de lo material;
llevo en mi rostro la sonrisa que se escapa traviesa al observar la simplicidad de la naturaleza,
llevo en mis oídos el trinar de las aves alegrandome andar…
No, no me estoy volviendo viejo:
me estoy volviendo selectivo,
apostando mi tiempo a lo intangible,
reescribiendo el cuento que alguna vez me contaron;
redes cubriendo mundos,
rescatando aquellos viejos libros que a medias páginas había olvidado…me estoy volviendo más prudente,
he dejado los arrebatos que nada enseñan,
estoy aprendiendo a hablar de cosas trascendentes,
estoy aprendiendo a cultivar conocimientos,
estoy sembrando ideales y forjando mi destino.
No…no es que me esté volviendo viejo por dormir temprano los sábados,
(es que también los domingos),
hay que despertar temprano, disfrutar el café sin prisa y leer con calma un poemario.
No es por vejez por lo que se camina lento:
es para observar la torpeza de los que a prisa andan y tropiezan con el descontento…
no es por vejez por lo que a veces se guarda silencio,
simplemente es porque no toda palabra debe ser escuchada y hacerle eco.
NO, NO ME ESTOY PONIENDO VIEJO… ESTOY COMENZANDO A VIVIR LO QUE REALMENTE ME INTERESA.
Por: Marisol López Parra (Adapctación)