Nueve claves para salir del “petro-desastre”

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Por Luis Alfonso García Carmona – Columnista.

En una terrorífica coyuntura como la actual, en la que se está jugando ni más ni menos que la vigencia de Colombia como país democrático y sujeto al Estado de Derecho, es natural que las gentes del común clamen por una precisa y oportuna pauta de acción por parte de quienes han ostentado a lo largo de la historia la categoría de dirigentes políticos.

Para mayor desgracia del país, quienes se beneficiaron del poder en el ejercicio de tan privilegiadas posiciones, ahora se conforman con colaborar con el régimen en su afán reformatorio desde el Congreso, o con promover una “oposición constructiva” que nadie sabe para qué sirve, o con callar ante las posibilidades jurídicas de que el guerrillero-presidente sea privado de su cargo por indignidad en su fraudulenta elección.

Las montañas de dinero que emplea el régimen para la compra de conciencias no permiten a la dirigencia política percibir que la mayoría del electorado rechaza al régimen, como lo manifiesta en las marchas, en las reuniones públicas y privadas, en las encuestas de opinión y hasta en los recientes comicios regionales. No hay peor ceguera que la del que no quiere ver.

Para subsanar la falta de coraje y patriotismo de esta corrupta dirigencia, han surgido activistas a quienes sí les duele el país, quienes, sin contar con apoyos financieros o mediáticos, han convocado con sorprendente éxito a las gentes buenas de Colombia a salir para manifestar su única petición:” ¡Fuera, Petro!”

Es éste un ejemplo que debemos seguir todos los colombianos de bien. Vamos a combatir la tiranía, con todos los instrumentos legales a nuestro alcance, pero priorizando aquellos que muestren ser más eficaces. Por mi parte, y respetando cualquier opinión en contrario, propongo una estrategia compuesta por los siguientes puntos claves:

PRIMERO.- Busquemos apoyo de todos los colombianos que estén en contra de las tesis revolucionarias que quieren destruir nuestra Democracia y desconocer el Estado de Derecho para gobernar de la mano de la criminalidad.

Convoquemos a quienes se oponen abiertamente a los escándalos de corrupción que han caracterizado estos primeros meses de gobierno, al despilfarro de los dineros públicos en gastos superfluos e innecesarios, a la designación de funcionarios incapaces, ignorantes y carentes de ética para administrar los recursos del Estado.

Agrupémonos con quienes rechazan las reformas a la salud, al sistema laboral y a la ley laboral así como las irracionales propuestas de terminar con la exportación de petróleo, y conducir a nuestro país a una grave recesión económica.

SEGUNDO.- Debemos unirnos alrededor de principios que conduzcan al desarrollo de nuestro país y al bienestar espiritual y material de nuestra gente, no al beneficio de una camarilla incrustada fraudulentamente en el poder. En lugar de estigmatizar cualquier ideología o creencia política o religiosa, cobijemos nuestros esfuerzos bajo el objetivo de alcanzar el BIEN COMÚN para todos los asociados.

TERCERO.- Con ese derrotero común podemos crear la fuerza más importante en la historia de Colombia. Ya las masas se han manifestado en rebeldía contra la tiranía populista de Petro y sus desastres. Solo falta darle cuerpo a este movimiento. ¿Cómo darle cuerpo?

Seleccionar en los movimientos activos en las marchas y demás actividades de resistencia, un grupo de líderes que actúen como coordinadores a nivel local, regional y nacional;

Crear células de activistas en todo el territorio nacional;

La coordinación nacional se encargará de la preparación de coordinadores para la creación, capacitación, supervisión y evaluación de las células;

La coordinación nacional llevará el registro de las células creadas, sus integrantes y sus líderes;

La coordinación nacional aprobará los distintos eventos, actividades y programas que se adelantarán para el derrocamiento de la tiranía;

Habrá un Comité Financiero a nivel nacional con seccionales departamentales y municipales para la consecución de financiación, aportes mediáticos, de transporte, y otros bienes y servicios que se requieran; y,

Todos los comités financieros regionales participarán en la estructuración de campañas publicitarias, las cuales preferiblemente serán virtuales o por las redes sociales, no por los métodos tradicionales.

CUARTO.- Parte esencial en la campaña será la participación de las Fuerzas Militares y de Policía a través de su personal en retiro, cuya presencia en la organización propuesta es indispensable.

QUINTO.- El movimiento brindará todo su respaldo a iniciativas que, dentro de la ley, conduzcan al derrocamiento del tirano o a la sanción de los delitos cometidos por los funcionarios del régimen y sus familias y socios. Se dará la máxima prioridad al juicio político que cursa en la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes por violación de los topes financieros en la campaña presidencial de Petro y Márquez.

SEXTO.- A través de los medios tradicionales y de las redes sociales se seguirán difundiendo los escándalos e irregularidades que está cometiendo el régimen para ilustrar a la sociedad sobre la necesidad de cambiar a quienes ejercen el poder.

SÉPTIMO.- Objetivo inmediato es la separación de Petro del cargo, bien sea por el proceso que ordena el art.109 de la Constitución (juicio político) o mediante la decisión de las Fuerzas Militares para salvaguardar el orden constitucional (art. 217 de la C. P.). Ninguna de estas alternativas será posible adoptarla mientras no exista un amplio apoyo popular que las respalde (como el que se ha observado en las marchas) y una plena conciencia de los colombianos sobre la necesidad de sanear nuestra gestión pública para conseguir el BIEN COMÚN ansiado por los colombianos.

OCTAVO.- Es una oportunidad única para que demos un vuelco a la historia política de Colombia. No se trata de cambiar un Presidente por otro, o un partido corrupto por otro igualmente vituperable.

Es el momento de construir una sociedad pluralista, donde no se estigmatice a nadie por sus creencias religiosas o políticas.

Llegó la hora de implantar el gobierno del BIEN COMÚN, donde cabremos todos los ciudadanos de bien.

Reconstruyamos el país dañado seriamente por el empecinamiento del cambio que estamos padeciendo y proyectemos todo nuestro potencial humano, físico y económico para convertir a Colombia en una tierra de paz, de convivencia y de progreso.

NOVENO.- Como enseña José Ortega y Gassett:

“La salud de las democracias, cualquiera que sean su tipo y su grado, depende de un mísero detalle técnico: el procedimiento electoral, todo lo demás es secundario. Si el régimen de comicios es acertado, si se ajusta a la realidad, todo va bien; si no, aunque el resto marche óptimamente, todo va mal.”

Me aventuro a pensar que defenestrado el tirano, una Junta Militar puede conducir temporalmente al Estado para sanear los entes electorales y convocar unas elecciones limpias que, no solamente elijan a sus sucesores, sino que introduzcan las reformas requeridas para la adopción del BIEN COMÚN como meta que una a la Nación en un proyecto que partirá en dos la historia de Colombia

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