Reconciliación

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Un enorme obstáculo en la reconciliación es la indolencia de una parte de la clase política

Por: Gustavo Duncan

Más que la resistencia de guerrillas, paramilitares y terceros a contar la verdad, lo que impone un enorme obstáculo a la reconciliación en Colombia es la indolencia de una parte de la clase política. Les importa más, en el proceso de construcción de verdad y de definición de responsabilidades en el conflicto, sacar provecho en las elecciones y en el debate público que propiciar un encuentro sincero entre víctimas y victimarios para sanar el horror y el daño causado.

Queda uno perplejo cuando escucha a políticos sobre los que caen enormes sospechas de haber utilizado el paramilitarismo no solo para protegerse de la guerrilla, sino para beneficiarse electoral y económicamente, referirse a la izquierda en lenguaje de guerra, como si el conflicto no hubiera terminado. Lo hacen, además, asignando responsabilidades de manera indiscriminada, sin considerar que muchos en la izquierda se opusieron a la lucha armada y que no pocos compañeros de ellos fueron asesinados por las propias guerrillas debido a esa razón. Por unos cuantos votos y evadir la responsabilidad que tuvieron en el conflicto, bien vale la pena pasar por encima de las posibilidades de reconciliación.

De igual forma actúa un sector de la clase política y la dirigencia de izquierda. No bajan a sus opositores de fascistas, narcos y paramilitares. Exigen de ellos una verdad llena de distorsiones. La preocupación por las víctimas es solo un pretexto para anularlos como legítimos opositores políticos y para ganar visibilidad ante la opinión pública.

Es mezquina también la indulgencia que tienen consigo mismos. Es evidente que algunos colaboraron en su momento con la lucha armada. Otros, incluso, hicieron parte de guerrillas y sienten que la amnistía jurídica de los viejos procesos de paz los exime de cualquier compromiso con la verdad que tanto reclaman. Ellos también secuestraron, reclutaron menores, destruyeron la vida de familias enteras, hicieron atentados. ¿Por qué no hablan de eso en vez de incendiar la arena política?

Es ingenuo pretender que estos sectores de la clase política van a renunciar al uso de la verdad para hacer proselitismo, sobre todo ahora con el ambiente tan caldeado, pero desde otros sectores de la política y de la sociedad civil sí debería haber, al menos, un reclamo para que, antes de denunciar a increpar a sus opositores, cuenten la verdad y asuman sus responsabilidades.

Gustavo Duncan

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