Certidumbres e inquietudes
Como el sistema de elección vigente en Colombia para la elección de presidente y vicepresidente de la República es directo -es decir, los votos de los ciudadanos inciden directamente en la definición correspondiente-, no es fácil para muchos en nuestro país entender lo que está pasando en los Estados Unidos, ni la razón para que todavía no se haya producido una decisión oficial, pese a la votación de este 3 de noviembre.
En el sistema estadounidense, a la luz de la Constitución, complementada por una ley de 1845, los ciudadanos no votan directamente por presidente y vicepresidente, ni se contabiliza ese voto ciudadano para los efectos de establecer quiénes resultaron elegidos. Los ciudadanos, en cada uno de los Estados, eligen a los miembros del Colegio Electoral -538 miembros-, y es el Colegio Electoral el que elige presidente y vicepresidente de los Estados Unidos. Un candidato necesita, para ser elegido, la mitad más uno de los votos de los compromisarios escogidos en las elecciones, es decir, 270.
El total de integrantes del Colegio Electoral es de 538, 435 a nombre de la Cámara de representantes y 100 a nombre del Senado -dos por cada Estado-, a los cuales se suman tres por el Distrito de Columbia, en que está ubicada la ciudad capital, Washington.
Puerto Rico no goza de los derechos políticos de los Estados, pues corresponde a la figura del Estado Libre Asociado, y, en consecuencia, sus ciudadanos no votan para elegir presidente y vicepresidente de los Estados Unidos.
Ahora bien, ya en lo relacionado con la elección por parte del Colegio, cada Estado se encuentra representado por cierto número de electores, según el censo de población.
Los ciudadanos en cada Estado eligen un cierto número de integrantes del Colegio Electoral, quienes, a su vez, representan con sus votos a dicho Estado. No todos los Estados eligen el mismo número de compromisarios. Los electores escogidos por mayoría de votos populares en cada Estado votan en el mismo sentido -por el candidato que haya resultado triunfador, según el voto popular en ese Estado-.
Así que no alcanza la presidencia el ciudadano que obtiene mayor número de votos ciudadanos, como sí ocurre en Colombia, sino el que triunfa en los Estados que postulan el mayor número de integrantes del Colegio Electoral en tal forma que ese número pase de los mencionados 270 votos colegiados.
Importa destacar que, salvo en el caso de Maine y Nebraska, en todos los demás Estados la totalidad de los electores depositarán sus votos en el Colegio Electoral por el mismo aspirante presidencial y su fórmula. En otros términos, tales votos apoyan al candidato presidencial que haya ganado por mayoría absoluta (mitad más uno) en el Estado al que representan. En Maine y Nebraska los compromisarios votan en el Colegio de manera que se refleje, de manera proporcional, la votación por los candidatos en su Estado.
Este complejo sistema viene siendo criticado en los Estados Unidos. Algunos lo consideran contrario a la democracia, pues se presta para que ocurra lo de 2016, cuando ganó Donald Trump, aunque en el voto ciudadano triunfó -y no por pocos votos- Hilary Clinton.
Veremos lo que pase ahora.